lunes, 20 de noviembre de 2017

Sueño diariamente; por el resto de mi vida.



Poca gente sabrá lo que oculto; una sensación más embriagadora que el vino, más placentera que el sexo… más bella que las cosas más bellas. La palabra vicio era pequeña, nimia comparado con mi adicción y no frenaba… Cada día que recibía mi dosis quería más y más… 

Allí me encontraba, abriendo un ojo al amanecer, aún dormido, en ese momento en el que no sabes si tu vida aún es un sueño o ya has vuelto a la realidad. Sin embargo, allí estaba ella, tumbada a mi lado; entre mis brazos. En ese momento era frágil pero salvaje... era bellísima; un rayo de sol que daba luz a mi habitación aún con la ventana bajada; que daba luz a mi vida aunque fuera de noche… Un elemento que nublaba mi percepción y me hacía preguntarme sí aún soñaría o estaría despierto. 

Su pelo me tapaba parte de la cara, podía olerlo; mi mano la rodeaba y podía escuchar como lo que, por su belleza no parecía real, respiraba; como vivía. 

Ansioso de saber más, pase suavemente mis dedos por su brazo erizando su vello, lo hacía muy suave, como si se fuese a romper o no quisiese hacer ruido, pero como si mi vida se deslizase a través de ese dedo; primero fue su brazo, después su cuello, después sus labios. Una fina comisura, más de una persona hubiese matado por ser ese dedo…

Me acerque más, la abrace más de cerca y sentí aún más su respiración; quería respirar de ese mismo aire y después lo solté con un leve susurro sobre su cuello, fue suave, delicado como una mariposa y además era mío. Era mi momento; que importaba el sueño si la tenía a mi lado; nada era importante… solo ese momento, solo ella y yo. 

Temblaba con rozar su piel y sonreía con el simple sonido de su respiración.
Pero no puedes evitarlo, es como cuando sueñas que te caes, una angustia que recorre tu cuerpo y hace que ocurra… que te despiertes.

Pero lo mejor de mi sueño, es que no acaba. Es que es un sol que nunca se agota, aunque en mi corazón sea invierno. Es una belleza que nunca envejecerá. Es mi luz y mi vida y mi mayor sonrisa al despertar.

Giro la cabeza y allí está ella, a mi lado, aún durmiendo y entonces soy feliz, sonrió, tontamente, en un silencio embriagador… la chica más bella y mi sonrisa de adicto.

Tu eres mi vicio y mi mayor virtud. Y aún no se si eres un sueño porque no puedo creerme que en esta vida te tenga yo. 
Lo unico que puedo pensar es que espero poder seguir sonriendo así toda mi vida. 

domingo, 10 de julio de 2016

bailando el agua.

   Mis dedos recorrían su mano, suavemente. Así avanzaba un suave cosquilleo sobre las líneas de la vida, así se conectaban dos vidas; la tuya … la mía. Paulatinamente mis yemas recorrían los largos dedos hasta conseguir entrelazarse; pensando, de modo ingenuo, que duraría aún siendo pasajero y mendigo.

   Son décimas de segundo, décimas sobre las cuales podría escribir dos horas y pensarlas días; como esa mirada, esa pupila que férrea se clava en ti. Mirabas entre nerviosa y anhelante, perdiéndome en el marrón, haciéndome sonreír, así, solo con una mirada... mas lo raro era que la sonrisa se desdibujase de mi rostro.

   Si pudiéramos comunicarnos con sonrisas y miradas supongo que hubiera sido una agradable, bonita y pacifica conversación. Pero el silencio hacía estallar la guerra.

   Nuestras manos seguían jugando, revoloteaban entre ellas como una mariposa y una flor y sin embargo el silencio era erizante.

   Jugábamos a consumirnos. Con la llama prendida nos hicimos cera, derritiendo nuestra parte racional, convirtiéndonos en afán las manos se apretaban más fuerte.


   Jugando con fuego así nos quemamos

   pero nos gustó el calor y jugamos más...

   Ahora la suave danza de nuestras manos era impulsiva, el grácil baile de la mariposa paso al gallardo baile de una avispa. Contemplábamos nuestras sonrisas mirando hacía abajo.

   Deslice mi mano por tu espalda, por tu piel. Arrastre mis labios por tu cuello mientras respiraba en él y aceleraba tu respiración. Lo besé mientras temblaba, no titubeé al morderlo ni lo hice al mirarte de frente.

   Yo solo jugué a coger el agua entre mis manos y ya se me ha escapado toda.

   
     


martes, 5 de abril de 2016

Tango.

Agarrando fuerte su frío torso,
ciñendo su cabeza contra mi,
bailé temeroso, un tango. 

Su boca acarició mi boca
más mi espíritu tembló y 
desafió su dulce canto.

La ceñí con fuerza
de aquella fina cadera.
Inexperto, sudando mis manos.

Ella, impasible, me dijo:
qué buscas en mí.
Rendición de mis pecados

pensé.
Mas apreté el percusor 
y así hendí mi frío cráneo

y así me reuní contigo.







lunes, 13 de octubre de 2014

Hasta mañana, hoy me catasterizo.



Como me enseño mi padre, les mire a los ojos, y sendos, con miradas cuasi lascivas me miraron fijamente, su ambición solo era superada por la inmoralidad que podía discernir en aquella mirada, yo les rete, yo no aparte mi mirada… Yo, imbécil e incrédula quise gritar, pero no emití sonido alguno, quise correr pero mis los músculos no reaccionaban.
Ahora solo me queda llorar por la fragancia del recuerdo, en sus ínfimos aspectos y por el desacato de aquellas bestias, por la virtud desposeída. Ahora solo me queda saltar, dar un paso hacia mi redención, encomendarme al aire y llegar a constelación.
Hasta mañana.
-Salté-

jueves, 27 de febrero de 2014

Jamás lo entendere...

Hoy me tocaba tarde de biblioteca, el curso escolar ya había acabado, pero me gustaba ir a la biblioteca a relajarme y a leer. Cada nueva lectura era apasionante y hoy era un buen día me tocaba lo mejor, tenía que escoger nuevo un libro para empezarlo, quizá leería algo de Dostoievski o algo de Tolstoí... Era lo mejor y lo más complicado. Ya estaba llegando al centro cultural de mi pueblo, arriba del todo, en el tercer piso se encontraba la biblioteca. Entre por la puerta saludando a todo el mundo ya que hoy era un gran día. Seguí mis transcurso normal y subí por las escaleras hasta el tercer piso, había un total de setenta y dos escalones. Todo iba como normalmente solía suceder pero entonces cuando fui a abrir la puerta mi mano se topo con otra mano, era un poco áspera, pero tenía algo especial
   -Perdón-le dije-
Entonces levante la cabeza y la miré.Todo empezaba en aquel pelo de color avellana, una fina raya lo dejaba caer hacía ambos lados, caía sobre sus hombros ligeramente ondulado y un mechón se tendía sobre sus perfectos ojos celestes, que eran la envidia del cielo y su sombra de ojos azul en perfecta sinergia hacía que fuesen aun más bellos. Tenía las mejillas rosadas, parecían suaves, pero su cara no terminaba hasta llegar a aquella fina línea que dibujaba su sonrisa y por ultimo esos seductores labios rojos, que lucían como el fuego. Junto los labios en una pose similar a cuando se ponen morritos y con un suave soplido se aparto el cabello de los ojos.-.
   -No importa-me dijo con voz risueña después de apartarse el mechón de un soplido-
Me quede callado. Ella se iba y yo solo pensaba en hablarle no sabía que hacer, no sabia por donde empezar... Entonces ella subió al ascensor y se fue, empece a correr por las escaleras hacía abajo, pero para cuando llegué ya no había nadie, solo estaba la encargada leyendo sus revistas, me acerque hacía ella.
   -Perdone -Dije exhalando, la carrera me había agotado- ¿Ha visto usted a una chica de mi edad irse?
   - Una chica? hoy no ha venido nadie de su edad por aquí -Volvió a taparse la cara con su revista-
Aun sueño con ese día, aun vuelvo todas las tardes de este verano a la biblioteca, aun recuerdo perfectamente esos ojos pero jamás he sabido que fue ella.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Principios básicos

    Y así me encontraba, en medio de una partida de ajedrez. Jugando sola, pero yo soy dos, es simple si gano vivo si pierdo muero, mis tácticas de ataque se contrarrestan con mis tácticas de defensa -gotas de sudor frio emergen de mi frente y se desprende al abismo como si fuesen lagrimas-.
    Le tocaba jugar a las negras:

   -Juro que yo no lo hice, yo no recuerdo nada joder... Yo le amaba y así sera por siempre -apreté mi puño- ayer cuando me entere empece a llorar, hasta ese momento nunca me había planteado mi vida sin el ¡Y ahora mírame! -grite- estoy sola, ¿Acaso sabes qué es eso?

    Y en ese momento empece a pensar de verdad, a plantearme todas mis posibilidades ¿Y si yo había hecho todo eso?, pero ¿Por qué? si yo le amaba... Volví al mundo real. Me quede un rato esperando su respuesta, pero el solo frunció el ceño, hizo ademan de levantarse y se fue.

    Las blancas jugaban; jaque -pensé-

    Setenta y siete movimientos de defensa y ninguno bueno, tenía que pensar rápido, él iba a volver y yo no sabía que hacer, ¿Cómo puedo defenderme cuando mi rey ya se ha muerto?... Puede que la reina tenga que empezar a tomar responsabilidades. La manilla de la puerta empezó a girar y me prepare. El hombre entro por la puerta y cuando se giró a cerrarla fui rápida al levantarme y empuñe su pistola, era la primera vez que tenía un arma de ese tipo entre las manos. entonces apoye el cañón en su sien y retrocedí siete pasos, ahora quien suplicaba era él ante la atónita mirada de todos los policías de ese cuartel.

    Pero como en una partida de ajedrez una reina sucumbe al perder a su rey, levante el arma; la puse contra el cuello mientras el cañón apuntaba a mi cabeza.

   -Jaque mate. -Apreté el gatillo-

martes, 24 de septiembre de 2013

Inviernos de fuego azul.

La lluvia sonaba, golpeaba el cemento
Los edificios, campos de ceniza desvanecida
El rocío cantaba, grisácea imagen de vida
Inviernos fríos, y más frio el sentimiento

Y la tormenta como vestido
Rayos amarillos
Llantos y sollozos
Por la muerte del ser querido
Rojos ríos a brocha
Y verdes antorchas
Iluminaban nuestro camino